martes, 25 de septiembre de 2007

Un millon de fragmentos



En estos di­as el otoño hizo sentir su presencia, cambio el paisaje, cambio el cielo, y posiblemente tambien cambie mi vida, pero ese es otro tema.- Disfruto de mi pequeño placer terrenal, con enorme satisfaccion, sin prisa y casi sin remordimientos.- Tomo la copa por el pie y hago girar el liquido oscuro y aromatico, tannat uruguayo, luego degusto el amargo y agradable sabor, languidezco en mi...
...
No sé cuanto tiempo estuve hundida en aquel sonambulismo en que los sentidos perdieron su valor. Solo sé que después de muchas horas incontables oí una voz en la pieza vecina. Una voz que decía: "Ahora puedes rodar la cama para ese lado"...
...
El frío del invierno me hacía sentir las lágrimas en el rostro, que se mezclaban con las aguas heladas que pasaban por delante de mí. En algún lugar ese río se junta con otro, después con otro, hasta que lejos de mis ojos y de mi corazón todas esas aguas se confunden con el mar.
...
Las pupilas se te quedaron verdes y las mejillas sumamente pálidas. De contemplar a tal visitante, se te agrandaron de manera tan rara los ojos, tan tiernamente te apretó la garganta, que te dejó para siempre ganas de llorar...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los cielos cambian en permanente transmutación, también nosotros.